Algo intuíamos.
Movimientos subterráneos (y no tanto) que
brotaban espontáneos, que reunían a las
ultras en un mismo arco ante el desconcierto
de los ortodoxos.
Hartazgo hacia la clase política. O hacia la
forma de hacer política de los políticos.
El Primer Mundo venía mal y encima, con
hordas de desesperados (y no tanto) que
invadían un territorio que ya empezaba a
diezmarse.
Durante la década del 10 visitamos
incontables ciudades atestadas. El turismo,
decían. Y sentíamos el descontento de los
propios; no, no era el turismo ni eran los
inmigrantes. La clase media estaba contra
las cuerdas. Ya sabemos qué hace esa clase
cuando la ubican en esa posición (lo padeció
el gobierno en estas últimas elecciones).
Entonces, aterrizó la pandemia, virus
caprichoso que muta, que se mueve
geopolíticamente, que cuenta con poderosos
aliados, que ya está por cargarse todo el
alfabeto griego.
Y aparecieron con él, el control social,
poblacional, la selección, las
restricciones, los permisos, los pases de
acceso, los cierres, el ciudadano de primera
y el de segunda (que osó no acatar esas
vacunas que surgieron en tiempo récord).
¿Qué harán con estos, una estrella en el
brazo, un sello en las puertas de sus casas?
Avanza una nueva forma de fascismo, ese que
se escuda en el irrebatible "bien común" y
que paradójicamente alimenta a más fascismo.
Se sabe: se cosecha lo que se siembra.
AGENDA CONTRA-TOTALITARIA
1) No a la agenda única del miedo: denunciar
y boicotear la complicidad de las
corporaciones mediáticas, con sus discursos
del miedo las 24 hs. del día.
Enferman y matan más que cualquier virus
respiratorio a los espíritus sensibles o
poco informados;
2) El cuerpo como rehén: las sociedades
tendrán que reaccionar de forma pacífica.
Jamás en la historia moderna se han
clausurado los derechos universales con la
extorsión a través de "pases sanitarios" y
vacunaciones compulsivas;
3) Repudio público hacia los Gobiernos
europeos que están cercenando libertades y
obligando a una nueva dosis con cada nueva
mutación: eso no es un asunto de "seguridad
pública" sino negocio, control poblacional y
autoritarismo;
4) África, el eterno comodín: este
continente olvidado siempre ha padecido
pestes que matan a millones y jamás interesó
a nadie;
5) El "cambio climático": con él
invisibilizan a este totalitarismo que
asciende sin obstáculos y de nuevo instauran
“normativas” de vida (lo mismo aplica a los
movimientos feministas trasnacionales, que
inoculan el miedo a través de la cancelación
y la censura);
6) El lenguaje censurador al servicio de
estos poderes: los virus respiratorios
mataron por millones siempre. La tierra no
es plana (tampoco redonda ni cuadrada ni
rectangular) ni hay conspiración alguna;
7) Reactivos: el Capitalismo sin embargo, y
afortunadamente, tiene sus estrategias de
reacción contra lo mismo que produce. La
crisis económica mundial no está para
excluir a nadie. Los "parias sanitarios"
encontrarán la vuelta, los circuitos
propios, las formas clandestinas de seguir
ejerciendo sus derechos, aún fuera de estas
leyes. O en el peor de los casos, este
fascismo "benefactor" abrirá las puertas a
violentas revueltas, como ya se están
anticipando en varias ciudades europeas;
8) La información, el poder: será necesario
informarse por diferentes medios de
comunicación. Investigar, comparar,
consultar: estar alertas. No dejar pensarse
por los otros.
9) La verdadera agenda política que urge es
la mitad de la población en la pobreza, la
reactivación económica, los derechos
universales garantizados y el fin de la
corrupción.
Si la política no sirve a la sociedad, la
sociedad no la servirá a ella;
10) "Cuando una ley es injusta, lo correcto
es desobedecer" |