En 1952, el filósofo francés Jacques Ellul, empezó a
escribir La technique ou l'enjeu du siécle que
terminó dos años más tarde. En principio el libro fue
rechazado por los editores, y no tuvo mucho
éxito en
Europa. Más tarde la obra apareció en América en 1962,
doce años después de haber sido escrita, gracias a Aldous
Huxley. En sus páginas el autor analiza el fenómeno
técnico definiéndolo como el factor determinante de la
sociedad contemporánea.
A seguir su primer obra, en 1977 y en 1988,
Ellul escribe
Le systeme technicien y Le bluff technologique.
En esta trilogía podemos encontrar las características
fundamentales de la tecnología que el autor llama con el
nombre de Técnica. Sus antiguas características han
desaparecido para dar paso a otras nuevas.
Para empezar,
la técnica, como fenómeno y sistema, niega
cualquier otra dimensión externa a la suya, como puede ser
la de una realidad trascendente, inaccesible a la
experimentación y a la cuantificación. La existencia se
convierte en un nominalismo, en una obsesión por las
cifras, por las estadísticas, por una mejor capacidad de
cuantificación.
La técnica se convierte en autónoma respecto a la máquina;
es esta última que depende de la técnica, que al día de
hoy asume la totalidad de las actividades de la existencia
y no solamente las relacionadas con la producción. Sin
embargo, la máquina es un factor decisivo de la técnica,
que tiende a mecanizar todo. Estos dos elementos tienen
una relación estrecha. La máquina ha creado un medio
inhumano y los seres viven en una atmósfera antihumana.
La técnica entonces se ha convertido en el lenguaje
universal, es un nuevo absoluto y representa la traducción
del sueño humano de dominar las cosas a través de la
razón.
El fenómeno técnico provocó que el individuo pasase de la
condición de sujeto a la de objeto de sus propias
técnicas.
Como es posible intuir, la técnica reprime los campos de
la estética, de la ética y de la fantasía para ser
independiente del individuo, poniéndose al servicio de las
leyes de la computabilidad.
La penetración de la unidad técnica en la vida de los
seres es profunda porque no solo ha creado un
nuevo entorno humano sino que ha conseguido modificar
también su propio ser. El fenómeno técnico se identifica
como responsable de una separación de la realidad de la
naturaleza debido a la creación constante de
intermediarios técnicos entre el individuo y su mundo. La
máquina ha causado profundas transformaciones mentales y
psíquicas en los individuos que se encuentran viviendo en
condiciones diferentes de lo que representaba la
normalidad.
La neurosis, provocada por el ritmo de vida impuesto por
las máquinas, es el síntoma de que los seres humanos no
viven de forma auténtica su propia existencia. Para este
objetivo existen las técnicas del individuo, creadas con
el fin de reprimir cualquier oposición al fenómeno
técnico.
Estas desprecian la vida interior e intelectual del ser.
La técnica quiere conocer los elementos morales y
sentimentales propios de los humanos para racionalizarlos
y conformarlos. El cerebro humano tiene que convertirse y
semejar al de la máquina, que representa un ejemplo. La
enseñanza por ejemplo, afirma Ellul, ya no es una aventura
en la edificación de un ser, sino que representa una
conformación y el aprendizaje de un cierto número de
trucos para poder contribuir a la vida del universo
técnico en continua expansión.
Las emociones y los sentimientos no pueden perturbar al
mecanismo. Estas relaciones ayudan a la adaptación de los
seres al aparato técnico, forzando a aceptar la propia
servidumbre. Estas penetran siempre en mayor medida en la
personalidad del individuo, y no aceptan que este mismo
pueda encontrar su valor y autenticidad fuera del entorno
artificial.
El espíritu crítico, es decir lo que para Ellul es la
capacidad del individuo para discernir lo verdadero de lo
falso, va a ser sustituido por las visiones colectivas
creadas por el fenómeno técnico. El mundo abstracto
diseñado por los medios de comunicación, no informa, sino
que forma. La realidad se esfuma, se convierte en algo
artificial pudiendo ser reconstruida sobre bases técnicas.
La libertad se encuentra en la pantalla, confundiéndose
con las imágenes. La técnica entonces alcanza
profundamente al ser humano, a sus fuentes vitales. Ya no
hay, afirma Ellul, otra forma de acción que no sea
técnica. No hay sitio para la originalidad y para la
autenticidad. En el segundo libro, El sistema técnico,
Ellul quiere confirmar su pensamiento añadiendo nuevos
elementos que hacen del mundo tecnificado un verdadero
ambiente para los seres humanos. La aparición del
ordenador ha sido importante para la formación del sistema. La técnica ha cambiado de naturaleza a través de
la informática, que ha sido capaz de unir entre ellos
diferentes subconjuntos ,
intercambiando de forma continúa
un gran número de informaciones y creando un todo
organizado.
Todos los aspectos de la vida se vuelven técnicos, siempre
más complejos y especializados. El ordenador es la
racionalidad por excelencia y contrasta con la
irracionalidad humana. Posee la función de contribuir a
transformar la realidad en un concepto diferente del
original. El ordenador contribuye a la creación del
Sistema, a la creación de las interrelaciones entres las
distintas técnicas, de las cuales los elementos están
concebidos para articularse entre ellos y no con elementos
ajenos. Las peores pesadillas de ciencia ficción se están
materializando con el tiempo. Ver la realidad a través de
los números puede recordar a la película Matrix,
donde los humanos estaban al servicio de las máquinas como
fuente de energía. El ordenador provoca una visión de la
realidad totalmente objetiva, cifrada y de síntesis.
El sistema técnico está compuesto de subconjuntos,
como por ejemplo el de los transportes, militar, urbano,
productivo y postal. Cada conjunto en el tiempo se ha
relacionado con otros y por estos está ahora condicionado;
es así que actualmente realizar modificaciones desde su
inicio resultaría hartamente difícil, sino casi imposible,
dada la complejidad de las distintas interrelaciones.
La agilidad es el segundo carácter del sistema técnico.
Dicho sistema tiende a funcionar de forma más elástica que
sus subconjuntos, estando dotado de adaptabilidad.
El sistema técnico consiste en la elaboración de sus
propios procesos de adaptación, de compensación y de
facilitación. Ellul cree que el mismo proceso técnico es
responsable, por ejemplo, de crear situaciones de malestar
social. donde la misma técnica regresa para que pueda
surgir una intervención apta a regular dichos problemas,
con el fin de penetrar más profundamente en la vida de
todos los individuos.
La técnica, como ya había indicado en La technique ou
l'enjeu du siècle, es autónoma. Para poder actuar y
ser eficaz la técnica tiene que ser totalmente autónoma.
Las leyes de la técnica no son ni justas ni injustas; no
siguen estos principios. La técnica depende solo de sí
misma, domina su ambiente, su camino, se asemeja siempre
más a un organismo, es el fin de sí misma
a cambio de establecer una relación con los elementos que
domina.
El desarrollo tecnológico exige esa condición de
autonomía y la técnica se autonomiza en relación al Estado
y a la Economía en el sentido de que estos no la pueden
determinar o dominar, solo influenciar. Como en el caso de
la política, un sistema económico que rechaza el progreso
técnico está condenado
a
desaparecer. La técnica es autónoma también respeto a la
moral, se convierte en juez de su propia moral, se erige
como constructora de una moral nueva. Su objetivo primario
es el de reemplazar al organismo viviente, eliminar la
condición de variabilidad y de inseguridad de la
existencia humana.
El individuo se convierte en un error, o mejor dicho, en
la fuente de los errores.
No hay técnica posible en un individuo libre del control
del tiempo automatizado. Las emociones de los seres
humanos se convierten en algo para calcular sus aptitudes
técnicas. Lo que la técnica necesita es crear a un
individuo nuevo, que se adapte a la máquina y a su lógica.
El ser humano tiene cada vez más dificultades para
aislarse, para elegir su destino. El único lado
democrático que la técnica concede está representado
en
la posibilidad de consumir. El Estado se hace portador de
la regulación de todo lo que es regido por el azar y las
leyes naturales, trasformándolo en reglas planificadas y
en decretos. La técnica, explica Ellul, ve al individuo
como un capital, donde consumo y producción encuentran su
unión. Los medios técnicos actúan sobre los individuos con
el fin de hacer tolerable lo que no lo es. La psicología
interviene para que el ser humano pueda soportar las más
duras e inhumanas condiciones de vida. La técnica conlleva
su propia ideología, produciendo símbolos y estereotipos
que, mediante una modificación psicológica, intentan
obtener del individuo el máximo esfuerzo permitiendo que
soporte con alegría los inconvenientes del fenómeno
técnico. El ordenador representa la interrelación de
técnicas e informaciones, representa la síntesis técnica,
relacionando y juntando entre ellas todas las partes del
Sistema, cumpliendo una función de estandarización.
Todas las actividades humanas son objeto de las técnicas y
cualquiera actividad humana está completamente tecnificada.
En el conjunto del mundo “desarrollado” se da ya por
válido el asunto técnico. Todas las aplicaciones de la
vida son enfocadas desde esta perspectiva. El número de
esclavos tecnificados aumenta continuamente y las
civilizaciones se encuentran uniformadas.
La técnica se impone
por
cualquier medio, su objetivo es
la estandarización de la formación intelectual, lo cual
consigue por medio de su carácter totalitario, destruyendo
las relaciones humanas. Pensar que es una equivocación el
uso que se hace de la técnica es por consecuencia un
error. En este universo técnico todo se realiza por
necesidad, como el resultado de un cálculo. El
universalismo argumenta su existencia con la necesidad de
progreso de la técnica, y en la fe de los seres humanos
para este progreso. La técnica produce cambios que son
irreversibles, y representa la cultura global. Ellul está
convencido de que el Sistema técnico tenga la propiedad
de crecer gracias a una fuerza interior (como había
anticipado en La Technique ou l'Enjeu du siècle),
interna, sin el auxilio del ser humano. “El
autocrecimiento de la técnica significa que esta progresa
a causa de su propia dinámica, de su propia naturaleza”.
Esto significa que cualquiera actividad humana contribuye
al crecimiento del elemento técnico, también sin la propia
voluntad. La técnica crece de forma autónoma, engendrando
nuevas invenciones no solo en un ámbito sino en
varios.
El autocrecimiento,
transformando todo tipo de acción
humana en técnica, conlleva entonces una imposibilidad de
decisión por parte de los seres humanos. El progreso
técnico además produce errores que solo la técnica puede
resolver, alimentando el proceso de innovación.
Otro elemento del progreso técnico es el automatismo. Esto
no representa el de la máquina, al contrario, incluye cada
vez nuevos cambios técnicos, nuevos elementos que con el
tiempo se tornan tecnificados. El automatismo del que
habla Ellul es el que consta en elegir cada vez una
solución que sea conforme con el aparato técnico, aunque
esto no asegure la determinación de un resultado
preciso.
El individuo no es responsable de elegir los medios que
usará la técnica. Su función es la de grabar y registrar
los efectos y los resultados obtenidos en las operaciones
científicas. La técnica elige los medios con los cuales
actuar.
El individuo se encuentra desposeído de su facultad
electiva y lo acepta, dando la razón al fenómeno técnico.
Basándose en la combinación de técnicas precedentes, el
automatismo no implica seguridad. Las elecciones del
individuo no influyen en este proceso. El progreso técnico
ha alimentado en los seres humanos una ideología y una
moral que regulan sus decisiones en la dirección de su
puro crecimiento. El automatismo, explica Ellul, se
enfrenta también
a
la elección entre dos técnicas
posibles para una misma situación. La elección más
adecuada será aquella que respetará el principio primero
de la técnica, el de la eficacia. El Sistema técnico,
queriendo reinventar al individuo, está destruyendo su
humanidad, su esencia. Afirma Ellul que tomar conciencia
de los daños del progreso es un inicio para poder
contestar a los fundamentos de nuestra sociedad, basada en
la irresponsabilidad de los tecnócratas que deciden y que
pretenden hacernos creer ser libres.
[1]
Película de ciencia ficción escrita y dirigida por
Lana y Andy Wachowski en 1999 y ganador de cuatros
premios Oscar. Matrix representa el mundo creado
digitalmente para que los individuos no puedan ver y
vivir la realidad.
[2]
Cfr., ELLUL J., Le système technicien, ED., cit,
p. 31% (Kindle)
[3]
La autonomía de la técnica ellulliana es la que
Baudrillard define como funcionalidad, o sea lo que
está hecho para unsistema, un orden y no para un fin.
[4]
Cfr., LATOUCHE S., La megamacchina, ED., cit.,
p. 54
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